Tuesday, July 18, 2006



OCHO Y MEDIO (Federico Fellini, 1963).

"Os pido perdón, dulcísimas criaturas, no había comprendido cuán justo es aceptaros, amaros, y cuán sencillo… Luisa, me siento como liberado, todo me parece bueno, todo tiene un sentido… ¡Cuánto me gustaría poderme explicar, pero no sé qué decir!. Ya todo vuelve a ser como antes. Toda esta confusión soy yo; yo como soy, no como querría ser, y ya no me da más miedo".

Tras estas hermosas palabras los personajes que han poblado la vida y las fantasías del director de cine Guido Anselmi vuelven a hacerse presentes a los sones de Nino Rota. Acaban desfilando por una pasarela circular a la que, el propio Anselmi, se incorpora. Es tal el cortocircuito emocional que produce esta escena virtuosa que bastaría para acreditar, por sí sola, a Fellini como autor de algunos de los más bellos e interesantes ballets de la historia del cine, con perdón de Donen o Minnelli: los amaneceres de "La dolce vita"; el teratológico desfile de modas eclesiástico de "Roma"; la opereta de la mantis religiosa y la fuga del castillo de Wuttenberg en "Casanova"; la obertura ritual de "Y la nave va"…

2 Comments:

Blogger lengua asesina said...

bueno, la verdad es que no entiendo nada de lo que dices, pero las fotos son muy bonitas y la película una obra maestra.
Gracias federico, gracias Nino, gracias Marchelo(se escribe así?), gracias a todos los que hicieron posible la película, y gracias a tí, que no la olvidas.

7:06 PM  
Blogger jvelasco said...

Oye: y las gracias a nuestras madres?.

5:04 PM  

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