Tuesday, July 04, 2006


FELLINI SATYRICON: Fellini en el planeta Romanidad.

En todas las declaraciones realizadas por Fellini a propósito de su film, el cineasta hizo explícito el acercamiento que había efectuado al texto de Petronio y al mundo que el escritor romano había puesto en palabras en su obra "Satyricon": no se trataba tanto de la reconstrucción historicista de un mundo y una época, como de la libre recreación de los mismos. De ahí que "Fellini Satyricon" en ocasiones haya sido vista y entendida como un film fantástico, cuando no de ciencia ficción: el problema de la fidelidad histórica no es tal desde el momento en que, para Fellini, la única fidelidad impuesta y asumida fue aquella que le hizo rendir cuentas a su poderosa imaginación. El mismo título del film, "Fellini Satyricon", es suficientemente aclaratorio: sugerido por el productor, Alberto Grimaldi, para distinguirlo de otra adaptación del texto de Petronio filmada a la par que la de Fellini, el director aceptó entusiasmado el nuevo nombre y lo convirtió en el primero de sus films en cuyo título incluía su propio apellido: "Fellini Roma" y "El Casanova de Fellini" serían los siguientes.



El mundo de "Fellini Satyricon" es el mundo de Fellini: la romanidad, por llamarla así, filtrada en las imágenes tan excepcionalmente recogidas por Giuseppe Rotunno, pertenece antes a un estado mental, a una concepción, que a la reconstrucción documentada de un periodo histórico. Son imágenes nacidas a la sombra de la fantasía de Fellini y con el apoyo insustituible del escenógrafo Danilo Donati: imágenes libres que, originadas por la emoción de un texto y la intuición excitante de un universo entrevisto, pretenden restituir esa emoción a un espectador fascinado. La relación que establece "Fellini Satyricon" con el espectador es una relación sensual, donde importa menos la comprensión que la hipnótica contemplación. El propio Fellini declaró que "La gente quiere siempre entender, comprender las películas, pero frecuentemente esto no es lo más importante. Mi "Satyricon" ha de ser sentido, no entendido" (1). Ese hacer sentir, esa capacidad para sugerir, es lograda por Fellini mediante un tapiz discontinuo que puede ser visto como el equivalente estilístico de la obra de Petronio (un texto incompleto, fragmentario; desde ese punto de vista se trataría de una modélica adaptación), y también como el equivalente formal, hecho cine, de los restos arqueológicos que tanto estimularon a Fellini: de hecho, tanto la lectura del texto como el contacto con algunos restos históricos, hicieron que Fellini experimentara la llamada "fascinación del fragmento" que dio origen a tan inimitable film.



"Fellini Satyricon" sigue las andanzas de dos personajes, Encolpio y Ascilto, a través de una serie de espacios en una sucesión de episodios o bloques casi independientes (práctica narrativa de numerosos films de Fellini, donde los engarces entre los distintos episodios que los componen no obedecen a la lógica de la narración convencional, sino que constituyen bisagras más o menos abruptas que hacen de cada nuevo bloque un nuevo retablo, sólo relacionado con el anterior por la presencia de algún personaje común; en "Fellini Satyricon", fundamentalmente, el personaje de Encolpio). Algunos de esos espacios son: las termas, el teatro de Vernacchio, la Suburra, la Insula Felicles, la pinacoteca, el paisaje que rodea a la villa de Trimalción, la sala del banquete del mismo, la posterior sala mortuoria, el páramo "lunar" que reune a Eumolpo y Encolpio, el barco de Lica, la villa de los suicidas, la gruta del hermafrodita, el árido desierto por el que conducen al semidiós raptado, el jardín de las delicias, el laberinto del Minotauro y la gruta de Enotea. La libertad figurativa es total, recorriendo arquitecturas, vestuario, gestos y objetos. Dicha libertad figurativa (que, tan sabiamente, recogió y amplió Nino Rota en su experimental partitura) permite un ejercicio de invención absoluto donde todo es soñado y posteriormente recreado, yendo más allá de lo logrado hasta entonces por Fellini en su progresiva persecución del "total artificial" (2). A excepción de algunos paisajes exteriores, todo en "Fellini Satyricon" es creación, artificio; aspectos que nunca dejaron de significar, en el quehacer felliniano, ímpetu formal y sinceridad expresiva. El esplendor visual de "Fellini Satyricon" sólo se verá superado, en la obra del autor, por la magistral "El Casanova de Fellini", probablemente la culminación de la exuberante imaginación de su autor y suerte de prolongación de los supuestos que animaron al film anterior: algo así como el equivalente, respecto al Siglo XVII, de lo que "Fellini Satyricon" había supuesto respecto al mundo antiguo de la romanidad.


(1) "En el rodaje del Satiricón de Fellini". Entrevista por E. L. Hughes. Ed. Sedmay, Madrid, 1977.

(2) Feliz expresión de Raffaele Monti y noción medular del magnífico trabajo realizado por Carlos Colón Perales en "Fellini o lo fingido verdadero". Ed. Alfar, Sevilla, 1989.

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