Monday, July 03, 2006

Visita al Versus

Cuando hablamos de teatro alternativo, ¿de qué estamos hablando?. Cuando nos referimos a una obra y la tildamos de alternativa, o bien de experimental, abstracta, concreta, trillada, sublime, inquietante, hermosa, superficial, profunda, idiota, convencional, rupturista, fallida, irregular, anquilosada, superada, innovadora, emocionante, aburrida, nihilista, acartonada, feísta, interesante, atmosférica, vacía... ¿qué es lo que queremos decir?. Los adjetivos son cosa extraña.

Una obra alternativa, ¿qué es?. Una obra alternativa es aquella no representada en un espacio no considerado como alternativo. Si una misma obra saltase de la sala Beckett al Liceo o del Tantarantana al Nacional, ¿podría seguir siendo considerada alternativa?. "No podría saltar", piensan algunos. En cualquier caso, que lo hiciera o no, depende del gusto de los programadores; y podría muy bien darse el caso que las mayores audacias formales y expresivas (características, presumo, asociadas a lo alternativo), se diesen entre las paredes de los teatros clásicos, mientras que entre las del circuito alternativo abundasen las funciones de espanto, convencionales e insignificantes hasta decir basta.

Una obra alternativa, ¿qué es?. Durante la creación, un autor sólo debiera intentar expresar sus ideas y emociones de la mejor manera posible. Desde los trágicos griegos a Dario Fo, desde William Shakesperare a los espontáneos de las Ramblas, desde los juglares del medievo a Albert Camus, Tennessee Williams o los happenings del pasado siglo, todos hicieron eso.

Una obra, ¿qué es?. La respuesta a dos preguntas: ¿qué quiero hacer? y ¿qué puedo hacer?.

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